Balder the Brave

Hace miles de años, el Dios asgardiano de las tierras fértiles conocido como Frey, conoció a la giganta conocida como Herd, quedando prendada de su belleza, es por ello que encomendó a u mejor amigo, Skirnir, que cortejara a la joven en su lugar, entregándole su legendaria espada como prenda. Skirnir cumplió los deseos de su amigo y cortejó a la hermosa dama, ganando su mano para Frey y quedándose la espada como recompensa. Sin embargo la Espada de Frey fue robada de manos de Skirnir mientras dormía, perdiéndose su rastro durante siglos hasta que en un momento dado cayó en manos de Karnilla, Reina de los Norns, que la mantuvo oculta en el arsenal de su Castillo

Balder y Karnilla permanecen felices en Reino de los Norns. La presencia del asgardiano ha devuelto la alegría al sombrio reino, contagiando incluso a su Reina que es feliz por la presencia de su amado, sin embargo, entonces se presenta Gothog, uno de los guardas del castillo, trayendo noticias acerca que alguien se acercaba a Nornkeep. Tras disculparse con Balder, Karnilla usa su magia para comprobar quien es el misterioso visitante descubriendo que se trataba de Agnar, fiel aliado de Balder que sin duda acudía a Nornkeep para avisar al asgardiano que Odín había desaparecido tras su batalla contra Surtur, y seguro que iba a convocar a su amado para que volviera a Asgard. Karnilla da las órdenes necesarias para que Agnar sea capturado

Mientras Agnar cabalga en dirección al Castillo de Karnilla para convocar a Balder de vuelta a Asgard cuando es emboscado por los soldados de la Reina de los Norns que lo toman prisionero

Karnilla interroga a Agnar, que le habla de su misión, convocar a Balder a Asgard por orden de Thor, el cual iba a emprender a Hel para rescatar el alma de unos mortales que habían sido capturados. La Reina de los Norns lanza un hechizo sobre Agnar que le impedía hablar, tras lo cual lo encerró en una mazmorra con la esperanza que Thor marchara a Hel sin su amado y este permaneciera junto a ella. Los días siguientes, Agnar languideció en prisión mientras que Balder y Karnilla disfrutaban de su compañía.

Balder y Karnilla cabalgan por los campos de Nornkeep, la Reina de los Norns le dice que nunca su reino a estado tan alegre y resplandeciente y todo se debe a su presencia, el asgardiano esta complacido por el halago pero le dice a su amada que tarde o temprano deberá regresar a Asgard algo de lo que Karnilla intenta disuadirle

Agnar continúa encerrado en una mazmorra, donde pasa el tiempo alimentando a ratones, pájaros e incluso un murciélago. Balder continúa sin saber nada del encierro de su amigo hasta que un día, uno de los pájaros que Agnar ha estado alimentando se posa en sus hombros y le susurra el encierro de Agnar. Balder recorre el Castillo hasta que encuentra encerrado a Agnar y se apresura a liberarlo, aunque este no puede hablar debido al hechizo lanzado por la Reina de los Norns, entonces Balder va en busca de su amada la cual se encuentra dispensando justicia ante sus súbditos, un guardia intenta detener a Balder que lo golpea arrojándolo al interior de la sala del trono, poniendo fin a la audiencia. El asgardiano obliga a Karnilla a deshacer el hechizo y Agnar le habla a Balder de su misión, el guerrero dorado aceptó acompañar a Thor, pero antes decide pasar unos días entrenando junto a su amigo para poner su cuerpo en forma. Durante los entrenamientos, Agnar pregunta a Balder si no está resentido con Karnilla y el asgardiano contesta que no, ya que la Reina de los Norns lo ha hecho todo por amor. Mientras Agnar y Balder entrenan en esgrima, equitación y educación física, Karnilla únicamente puede esperar el día en que Balder abandone su reino.

Finalmente, llegó el día en que Balder y Agnar debían abandonar Nornkeep. También llegó el momento en que Balder y Karnilla debían despedirse y cuando el asgardiano le pide que le desee suerte, la Reina de los Norns contesta friamente a lo que Balder respondió con ironia. Entonces Rattusk, uno de los guardias de Karnilla, atacó al asgardiano al sentir que Balder había ofendido a su reina, sin embargo el asgardiano esquivó con facilidad el ataque haciendo caer a su enemigo. Furiosa, Karnilla se dispuso a acabar con su siervo por atacar a su amado pero Balder intercedió por él haciéndole prometer que no lo mataría, tras esto, Agnar y Balder marcharon de Nornkeep mientras que atrás quedaba la Reina de los Norns que intentó aplacar su pena y su rabia castigando a Rattuski, aunque en contra de los deseos no lo mató recordando la promesa hecha a Balder.