Exterminador de tontos III

Kurt Gerhardt trabajaba en el Silver Eagle Banck de Nueva York cuando su padre William fue asesinado por unos asaltantes que lo mataron por quitarle los únicos seis dólares que llevaba en los bolsillos. Kurt fue despedido y tres meses después, tras buscar infructuosamente un nuevo empleo, cayó en una depresión. Poco después que Eleanor, su esposa, lo abandonara llevándose todas sus cosas menos su ropa y su ordenador, Kurt encontró trabajo como payaso en una hamburguesería. Allí fue apaleado por unos ladrones que intentaban robar la recaudación y entonces Kurt sufrió una especie de epifanía cuando vio en un show de televisión a Greg Salinger, que había sido conocido como el Exterminador de Tontos (el segundo en llevar ese nombre) y que asesinaba con su pistola desintegradora a aquellos que, según su punto de vista, tenían el alma embrutecida. Inspirado por Salinger, Kurt comenzó a cartearse con el criminal y este empezó a instruirle para convertirle en el nuevo Exterminador de Tontos, dándole las señas para localizar a su confidente, la joven llamada Merle, que le entregó su pistola purificadora y una copia de su traje.

Convertido en el tercer Exterminador de Tontos, Kurt comenzó a asesinar traficantes de droga, rateros y delincuentes. Cuando intentó cobrarse una pieza mayor, el jefe criminal conocido como Backhand, se enfrentó con el guardaespaldas de este, Warren, que casi acaba con él. Escapando a duras penas, Kurt comenzó un riguroso programa de entrenamiento físico, diseñando un nuevo uniforme y escribiendo unas cartas que dejaba sobre sus cadáveres como advertencia para sus futuras víctimas. Con el aumento de sus habilidades, también su vida empezó a mejorar, encontró un puesto en la Corporación TRX e inclusó empezó a salir con una ex compañera, Linda. Mientras tanto seguía carteándose con Sallinger y al poco lanzaba una proclama en los periódicos donde definía su concepto de cuales eran sus víctimas.

El Exterminador de Tontos III llevaba ya una dilatada lista de víctimas cuando centró su atención en Darren Waite, un millonario del que se sospechaba que había obtenido su riqueza de forma ilícita. Tras seguir a Waite y a uno de sus esbirros, Emilio Mendosa, Kurt descubrió que Waite tenía relación con sus viejos enemigos, Blackhand y Warren.

Finalmente el Exterminador de Tontos III asesinó a Waite pero esto le granjeó el desprecio público ya que pasó a ser considerado un vigilante aprobado de manera más o menos generalizada, a convertirse en enemigo público numero uno.

Tras acabar con Blackhand y Warren, Kurt asesinó a Mendosa al que disfrazó con su uniforme dejando que la policía lo encontrara y creyera que se trataba del verdadero Exterminador de Tontos. Tras desfigurar su rostro con ácido para evitar que le reconocieran (y tal vez como homenaje a Salinger tras lo ocurrido con Merle), marchó a Alburquerque, Nuevo Méjico, donde buscó a un especialista que le cambiara de aspecto.

Sin embargo esto no impidió que tras muchos esfuerzos las autoridades lograran capturarlo y enviarlo a la prisión para súper humanos conocido como la Balsa. No estuvo mucho tiempo en prisión ya que fue uno de los presos que escaparon durante la fuga ocurrida después del ataque de Electro contra la Balsa siendo que poco después se uniría a la Banda del Enchapuchado, aunque no se le vio tomando parte en el asedio de Asgard por lo que es de suponer que no fue capturado tras la caída de Robbins.

En cierto momento y en circunstancias desconodidas, Kurt fue internado en el centro de Crossmore donde recibía tratamiento psiquiátrico por parte de la Doctora Ellen Withby, llegando incluso a rechazar su traslado o puesta en libertad para continuar junto a la doctora. Esta obsesión le llevó a mantener un feudo con Masacre ya que el mercenario bocazas parecía tener una buena relación con la doctora siendo que el Comepecados planeó asesinar a Wade durante un motín provocado por él y otros presos aunque fracasaron.

Libre de nuevo, Kurt encontraría su fatal destino a manos de su antecesor, Greg Sallinger, que le disparó en la cara acabando con su vida.