Conde de Darwell

El Conde de Darwell vivía solo en su castillo situado en medio del bosque. Por miedo a que nadie robara su tesoro, compuesto fundamentalmente por las preciosas Piedras de Merlín, se inventó la leyenda de unos demonios que estaban a su servicio. Cuando Lucy la Roja y la tripulación del Saqueador Escarlata entraron en sus dominios, el Conde de Darwell dejó que entraran en su castillo, entonces bajó el rastrillo de la puerta bloqueándoles la salida y activó unas trampas de fuego separando a Lucy del resto de la tripulación. Disfrazado con su traje demoníaco atacó a la reina pirata, pero la mujer contaba con la ayuda del espíritu de la Bruja Escarlata. La mutante canalizó sus poderes a través de Lucy y lanzó un rayo ígneo sobre el supuesto demonio que empezó a rodar por el suelo en llamas. Para evitar que muriera, Wanda rompió el suelo haciendo emerger el agua de un río subterráneo liberando así también a la tripulación. Lucy golpeó entonces al Conde desenmascarándolo. Viéndose derrotado imploró por su vida a cambio de su tesoro. La capitana pirata lo dejó vivir y se llevó consigo todo su botín.