Arnim Zola

Arnim Zola era un bioquímico que empezó sus experimentos en ingeniería genética a finales de la década de los 30, después de descubrir un legajo de papeles antiguos dedicados a esta ciencia, en el castillo de sus ancestros, en Suiza. Los documentos legados por sus antepasados, y reunidos desde la época de las cruzadas, estaban escritas en la lengua de los Desviantes, una rama evolucionada de la humanidad, que habían desarrollado la ciencia de la bioingenieria durante milenios. Después de descifrar los documentos, Zola usó los avanzados conocimientos que contenían, para experimentar y crear vida artificial. Pronto triunfó en conseguir crear incluso las más avanzadas formas de vida, convirtiéndose así, en el primer humano que practicaba la bioingeniería, incluso antes que el Alto Evolucionador.

Los objetivos originales de Zola, eran la construcción de un ingenio que permitieran transferir las pautas mentales, la personalidad y la memoria, de una mente a otra. Después de este primer logro, Zola le ofreció sus descubrimientos a Adolf Hitler, esperando obtener del gobierno nazi, los fondos necesarios para seguir sus investigaciones. Hitler se mostró intrigado por los descubrimientos de Zola, y se sometió al tratamiento del bioingeniero. Así pues cuando Hitler fue herido por la Antorcha Humana en el interior de su bunker, el dictador loco pudo transferir su mente de su cuerpo herido, a un clon en el laboratorio de Zola.

Dotado con un cuerpo débil y enfermizo, Zola se construyó mediante la bioingenieria un cuerpo más fuerte y poderoso. Tras hacer esto, usó su máquina para transferir su mente a este nuevo cuerpo, cuyo cerebro se encontraba en el pecho del nuevo cuerpo, ya que allí estaría más protegido, ya que en caso de peligro, se cerraba una barrera de acero para protegerlo.

Dado que los cerebros de todas sus creaciones genéticas fueron creados a partir de sus propias células, Zola puede proyectar su mente a cualquiera de estas creaciones.

Poco después, Zola clonó varios cuerpos de Hitler, de manera que el dictador pudo sobrevivira varias muertes físicas causadas por atentados, e incluso tras acabar la guerra mundial, en el cuerpo del Aborrecedor.

En años recientes, los experimentos de Zola llamaron la atención de otro criminal nazi, el Cráneo Rojo. Siguiendo las indicaciones del Cráneo Rojo, Zola produjo su más ambiciosa creación, las criaturas conocidas como Primus y Dougboy.

A pesar de la naturaleza de sus experimentos, y de los éxitos logrados, Zola logró mantener en secreto su trabajo, y nada se supo de su existencia hasta décadas más tarde, cuando se encontró con el Capitán América en las junglas de América Central, donde se había trasladado para llevar a cabo unos experimentos por orden del Cráneo. Zola logró capturar al Capitán América y su aliada, Sharon Carter, en su fortaleza de Suiza, pero el Capitán América logró escapar de las garras del bioingeniero.

De nuevo siguiendo las órdenes del Cráneo, Zola le ayudó a recrear el Cubo Cósmico, pero de nuevo la intervención del Capitán América truncó sus planes, tras esto, parece ser que hubo un distanciamiento entre Zola y el Cráneo.

Ya en solitario, Zola intentó un robo en el Observatorio Northwind, donde quería hacerse con el control de una serie de inventos fabricados por el doctor Bruce Banner. De nuevo fracasó en sus planes, y Zola pareció morir como consecuencia de una explosión.

Zola sin embargo no murió, y continuó prestando sus servicios tanto al Cráneo Rojo, como a otro criminal nazi, el Barón Zemo. Para el Cráneo clonó un cuerpo a partir de las células de Steve Rogers, el Capitán América, tras transferir el cerebro del Cráneo a su nuevo cuerpo el Cráneo se convirtió en el mismo doble de su gran enemigo. Esto demostró ser un inconveniente, cuando años más tarde el cuerpo del Capitán América comenzó a rechazar el suero del supersoldado que le daba sus poderes, amenazándole con acabar paralítico, el cuerpo del Cráneo, clonado del de Rogers, comenzó a padecer los mismos síntomas, obligando a Zola a buscar una cura.

La última aparición registrada de Zola, tuvo lugar en Latveria, Zola secuestró a algunos niños huérfanos tras la catástrofe ocurrida en Nueva York tras los sucesos acaecidos durante el ataque de Onslaught. Zola usó a estos niños como cobayas en sus experimentos genéticos, convirtiéndolos en monstruosas creaciones. Sin embargo, una de las niñas secuestradas resultó ser la joven Hallie, a la cual los experimentos de Zola convirtieron en la heroína conocida como Jolt. Jolt escapó de su encierro, y fue a pedir ayuda a los 4 Fantásticos. Estos sin embargo, parecían haber muerto durante el ataque de Onslaught, y en lugar del cuarteto fantástico, Jolt encontró al nuevo grupo de los Thunderbolts, que habían ocupado temporalmente la base, después de hablarle de la tortura a la que había sido sometida, los Thunderbolts acompañaron a Jolt a Latveria, y allí descubrieron a Zola y le combatieron, derrotándole, y entregándole a las autoridades, aunque es probable que con la capacidad de transferir su mente a otros cuerpos, Zola no permaneciera preso por mucho tiempo.