Kramer, Raoul

Raoul Kramer tenía una rutina que llevaba años repitiendo, tras madrugar, cogía el metro hasta su trabajo en una confitería, abría el negocio, esperaba a los primeros clientes mientras mataba el tiempo leyendo el times que traía siempre las mismas noticias como una nueva bajada del precio del dólar. Cierto día mientras viajaba en el metro y se dirigía hacia la salida de Wall Street, Raoul se quejó internamente de su monótona vida, fantaseando con que ocurriera algo nuevo que lo sacara de la monotonía.

A veces hay que ir con cuidado con lo que desea puesto que en ocasiones puede volverse en contra de uno, algo así le pasó a Kramer ya que a pocos kilómetros de allí, en la Mansión de los Vengadores, Marcus, el hijo de Inmortus, estaba intentando materializarse en la Tierra, esto provocó una disrupción en la corriente temporal la cual, mientras Marcus se afanaba en reparar, provocó que sobre la Tierra en general, y sobre Nueva York en particular, se extendieran brechas temporales a través de las cuales se colaron fragmentos del pasado y el futuro.

De este modo, frente a Raoul todo había cambiado, el moderno y abarrotado Wall Street, plagado de bancos, financieras y centros de inversión había sido sustituido por su versión de la época colonial. Es probable que Raoul Kramer continuara con su vida después que Marcus fuera expulsado de la Tierra y la corriente temporal volviera a la normalidad, pero es seguro que nunca mas se quejaría por lo monótona que era su vida.