Planeta X

El Planeta X era el hogar de la raza alienígena conocida como los Xantha o los Xanthianos, situado en el sistema solar de Jatskan, era el primer planeta partiendo desde el sol. Con una población de mas de 5 billones de habitantes, la raza de los Xanth, una sociedad dirigida por un régimen dictatorial encabezado por Kurrgo, era miles de años mas avanzada que la civilización terrestre, sin embargo, poco interesados en la exploración del espacio, no vieron necesidad de viajar fuera del planeta X de modo que solo construyeron dos naves capaces de surcar el espacio, esto se convirtió en un grave problema cuando gracias a su ciencia descubrieron como un planeta errante seguía un rumbo de colisión que le llevaría a chocar contra el Planeta X provocando sin duda su destrucción. Incapaces de detener el proyectil que se dirigía hacia ellos, los Xanthianos vieron como tampoco podían abandonar el planeta puesto que las dos únicas naves disponibles no permitirían albergar a los billones de habitantes de Xanth.

A medida que el planeta errante se acercaba a Xanth, el planeta comenzaba a sufrir los rigores de la cercanía de una masa tan enorme que se aproximaba a su órbita, de este modo, el Planeta X vio comos las mareas se volvían incontrolables y como volcanes largo tiempo inactivos, volvían a la vida, la población, que nada sabía del peligro, comenzaba a ponerse nerviosa y pronto empezarían los disturbios.

Desesperado, Kurrgo rastreó el espacio en busca de ayuda y su atención se fijó en la Tierra, el gobernante del Planeta X estaba frustrado porque una raza tan atrasada fuera a sobrevivir mientras los avanzados Xanthianos iban a ser exterminados por un capricho del destino, pero en sus observaciones de la Tierra, Kurrgo descubrió a los aventureros conocidos como los 4 Fantásticos, dotados de poderes excepcionales y en los que el dictador de Xanth vio a unos posibles salvadores.

Enviando a su robot personal a bordo de una de las naves, Kurrgo logró atraer a los héroes terrestres hasta el Planeta X donde les habló del nefasto destino que aguardaba a Xanth. Con menos de 24 horas para salvar el planeta, ni siquiera el genio de Reed Richards era capaz de hallar alguna solución, sin embargo, el terrestre si comprendió que aunque no podía salvar el planeta, no era demasiado tarde para sus habitantes y tras idear un gas reductor, sugirió rociar con dicho gas a todos los habitantes de Xanth hasta reducirlos de tamaño de modo que todos tuvieran cabida en la nave de escape con la que se dirigirían a un nuevo planeta donde se someterían a otro gas que les devolvería a su tamaño natural.

Gracias al gas reductor de Richards, los Xanthianos pudieron huir a bordo de una de las naves mientras los terrestres huían a bordo de la otra nave, pocos minutos después, el planetoide impactaba contra el Planeta X destruyéndolo.